Latinoamérica se ríe con arte en ARCO 2016
Este año los invitados de excepción son el humor como herramienta de subversión, y los géneros híbridos.
La producción artística latinoamericana tiene su escaparate en ARCO 2016 con Solo Projects, una suerte de 'museo' dentro del mosaico de tendencias que es la feria madrileña, y donde el arte utiliza el humor como herramienta de subversión y se mezcla con otras disciplinas artísticas, como el teatro o el cine.
"Sin ser una exposición, Solo Projects tiene la característica de una muestra en la que el espectador traza una línea discursiva a través de varias propuestas, y unas obras alimentan a las otras", explica en una entrevista con Efe la mexicana Lucía Sanromán, que junto a Irene Hofmann, dirige un apartado en cuya organización colabora la Agencia Española de Cooperación (AECID).
A diferencia del resto de la feria, que abrió hoy sus puertas, donde las galerías escogen una variada selección de artistas para atraer al posible comprador, las responsables de Solo Projects eligen dos temas que vertebra la selección de las galerías dentro de este escaparate latino.
Este año los invitados de excepción son el humor como herramienta de subversión, y los géneros híbridos que surgen cuando el arte se fusiona con artes escénicas, como la música, la danza o el cine.
El visitante puede esbozar, sin duda, una sonrisa con "La chucha perdida de los Incas", una obra del peruano Fernando Gutiérrez Huachanco, que cuenta la historia de una expedición en el Amazonas, dirigida por un artista-psicólogo-criminal, de formato siempre surrealista, y en ocasiones hilarante, a través de dibujos, óleos y un vídeo.
El humor es también un arma con la que hacer llegar un crudo mensaje, como el del argentino Luis Pazos, en el estand de la bonaerense Documenta Art Galery, donde se ha dispuesto una fardo de paja seca engalanada con un lazo rosa, como si fuera un regalo, y una tarjeta que reza "Proyecto de solución para el problema del hambre en los países subdesarrollados, según las grandes potencias".
¿Es el humor una característica destacada del arte latino? La respuesta es negativa para Sanromán, porque la sátira y la caricatura es ampliamente utilizada por artistas en todo el mundo.
Incluso es "complejo" utilizar la etiqueta latinoamericano, algo que la comisaria considera complejo a la hora de delimitar una identidad, y ella misma se pone como ejemplo: es mexicana de nacimiento, emigrada a Estados Unidos, y con pasaporte canadiense.
A pesar de esto y de la dificultad de poner etiquetas territoriales en un mundo globalizado, Sanromán defiende la existencia de identidades regionales.
"ARCO Madrid tiene una compromiso de largo plazo con Latinoamérica, parte de su tarea es empezar a trazar otras narrativas (como las que recoge Solo Projects)", reivindica.
Otros discursos son también los que recoge el segundo apartado temático de Solo Projects, que aborda el cruce de géneros del arte con otras disciplinas artísticas, especialmente el teatro y la performance.
Dos de las 'performance' organizadas por la feria están incluidas en este apartado. Son las de la venezolana Erika Ordosgoitti, que usa su cuerpo y su voz para dar vida a sus poemas en vivo, y la argentina Mercedes Azpilicueta, que, en contraposición, trabaja en sus actuaciones a partir del silencio y el movimiento gestual.
Pero la veintena de propuestas incluidas en Solo Projects no son la única participación latina de ARCO Madrid 2016, que este año celebra su 35 aniversario, con un fuerte presencia de participación de firmas extranjeras procedentes de 27 países: del total de 221 galerías, el 71% son extranjeras (de las que el 26% son latinoamericanas).
Pero no es solo una cuestión de pasaporte, las galerías españolas también cuenta en su catálogo con artistas procedentes de países de habla hispana y portuguesa. Es el caso de la española JosédelaFuente, una de la que más atención mediática congregó hoy con la obra del mexicano Emilio Rojas.
El artista aparecía hoy desnudo y hierático, dentro de una torre de palés, en una obra multidisciplinar bautizada como "Colonial Color Palette".
Cada palé está coloreado con pinturas de diferentes tono cuyos nombres han adoptado nombres de recursos de la región, como Indian Red (rojo indio), al amarillo banana, el azul Pacífico o el verde selva, una reivindicación del expolio colonial con un valor de 14.500 euros (unos 15.900 dólares), impuestos aparte.
EFE